jueves, 3 de abril de 2008

chiste molt bo

Un amigo mío se fue de vacaciones a Madrid. Su novia se quedó en Barcelona por causas de trabajo, así que él, ni corto ni perezoso, decidió mandarle un regalo a su querida. No se le ocurrió nada más que comprarle unas gafas, ya que las de su novia estaban bastante viejas.
Peeeeeero, en la óptica, confundió su regalo envuelto, con un paquete de otra mujer que estaba envuelto igual y que contenía unas bragas. Él no lo sabía, claro, así que le mando el regalo con la siguiente carta:

Querida Raquel:
Estaba pensando en comprarte algo original y útil, así que se me ocurrió mandarte esto, ya que las que llevas últimamente dan un poquito de pena y están viejas. Cuando entré en la tienda me quedé asombrado, no sabía que hubiera tantos modelos y de tantos colores. La dependienta, muy amablemente, me recomendó las suyas, y la verdad es que le quedaban muy bien, pero no van con tu estilo, así que me enseñó varios modelos, y hasta se las probó para que yo viera el efecto que hacían... yo también me las probé allí mismo, y no veas como se río una clienta que estaba por ahí... jejeje, la verdad es que quedaban graciosas en mí, que sabes que tengo unos rasgos muy alargados.
Espero que no las pierdas como las que tenías antes, ni que se te olviden en cualquier sitio, que sé que tienes la manía de quitártelas y dejarlas encima de la mesa o ponértelas en la boca para parecer más interesante. Espero, también, que no te vayan muy grandes, no vaya a ser que se te caigan mientras andas.
Póntelas y enséñaselas a todo el mundo, a tus padres, a tus hermanos a tus vecinos... que estoy seguro que te quedarán mejor que a la dependienta...
Un abrazo y espero verte pronto. Te quiero.

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